THIRRING
Años 30. Realizada especialmente para Leo Gasperl, este abrigo que se infla en la espalda y se asemeja a un ala de murciélago, con éste el campeón se presenta en St. Moritz para el récord de KL.
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ESTO ES COLMAR DESDE 1923
Mario e Irma Colombo fundaron Manifattura Mario Colombo & C., una empresa con sede en Monza y muy vinculada a su territorio, que era entonces un importante centro de producción de fieltro para sombreros y polainas. De hecho, se trata del primer producto importante fabricado por Colmar, marca que nace en aquellos años, escrita en un paquete de cigarrillos durante un momento de juego entre amigos en el bar y que incluye el apellido y el nombre de su fundador: COLombo MARio
La empresa crece a pesar de los años difíciles, como la crisis de 1929, la situación sociopolítica de aquellos años, y las sanciones contra Italia por la guerra de Etiopía, que repercuten negativamente en las actividades empresariales. La producción se reconvierte y la empresa comienza a fabricar monos de trabajo con un algodón especialmente tratado, que luego se descubrirán aptos incluso para pioneros del esquí como Leo Gasperl (campeón de Kilómetro lanzado), que es prácticamente el primer «testimonial» para el que Colmar fabrica el Thirring, un abrigo que al inflarse en la espalda se asemeja a un ala de murciélago, apodo coloquial con el que viene identificado el producto.
El prematuro fallecimiento de Mario dejó a la valentía de Irma y a la fuerza de sus hijos Giancarlo y Angelo la tarea de sacar adelante la empresa. Las dificultades provocadas por el final de la Segunda Guerra Mundial vienen superadas al conseguir un contrato para fabricar chaquetas saharianas para la Legión Extranjera francesa. Colmar inicia su relación (que se mantendrá hasta 1992) con la Federación Italiana de Deportes de Invierno (FISI), con el Pool Italia, el grupo de empresas proveedoras del equipo, pero sobre todo con sus campeones, uno por encima de todos: Zeno Colò. De la voluntad del campeón de buscar prendas cada vez más eficaces y de una intuición de Irma, quien introduce la filanca a los lados de la chaqueta. Se trata de una fibra sintética elástica típica de los corsés femeninos, y es así como nace la «vaina Colò», una chaqueta que formará parte de la colección hasta los años 70.
En 1952, Zeno Colò dominó la carrera de descenso en los Juegos Olímpicos de Oslo con una chaqueta confeccionada por él mismo junto con Irma. Colmar entró en el mundo del esquí por la puerta grande como marca universalmente reconocida. La empresa se expande gracias a sus hijos Giancarlo y Angelo, que flanquean la actividad productiva con la comercial, convirtiéndose en distribuidores en Italia de importantes marcas extranjeras como Mizuno, Elan, Adidas y Lacoste, por citar algunas. Pero Colmar también crece en Italia y empieza a exportar al extranjero.
Las vacaciones de esquí experimentan un auténtico boom, los italianos están en pleno milagro económico, esquiar en las estaciones más exclusivas se convierte en un auténtico estilo de vida y, al mismo tiempo, la continua investigación y curiosidad de Giancarlo y Angelo, llevan la empresa a desarrollar productos cada vez más eficaces para los esquiadores y, en particular, para sus campeones. Es en esta época cuando nace un mono especial de Colmar, con el que en 1964 en Cervinia, Luigi di Marco bate el récord de velocidad en el KL.
Fueron los años de las victorias de muchos campeones como Gustav y Roland Thoeni, Piero Gros, Paolo De Chiesa, Helmut Schmalzl, Fausto Radici, Herbert Plank, Erwin Stricker y Tino Pietrogiovanna. El esquí se convierte en un deporte nacional y Colmar sube a numerosos podios, incluso al Olímpico. Las prendas de competición entran en los túneles de viento de Fiat y Moto Guzzi, los tejidos vienen probados por el Politécnico de Milán. Stricker apoda al mono de gigante como «la ceffa», descaradamente bello, para enfatizar su chulería. Fueron también los años en los que nace la famosa frase «En caso de nieve», ideada al ver la señal de tránsito que advierte sobre la necesidad de colocar cadenas en los neumáticos.
Son años de auge para la publicidad y las agencias de comunicación; la empresa comienza a comprar espacios en las pistas de esquí para aprovechar al máximo el potencial comercial de la televisión y llegar así a usuarios y consumidores. En 1985, Colmar patrocina los Campeonatos del Mundo de Bormio (Italia) y crea una chaqueta especial para la ocasión. También llega la modernidad del nuevo logotipo: el famoso sello rojo y azul viene sustituído por el nombre Colmar precedido de un estilizado copo de nieve, creado por un estudio de diseñadores suizos que acababan de reinventar también la marca Alitalia.
Tras una década de escasos resultados, la clase de Deborah Compagnoni, Manuela di Centa y la fuerza de Alberto Tomba, junto con muchos otros, vuelven a hacer que el mundo del esquí hable italiano. En 1992, Colmar puso fin a su relación con la FISI, pero no con el mundo de las competiciones, donde la marca siguió estando presente en las clásicas de la Copa del Mundo. En 1999 se abre la primera tienda insignia en Francia, en la exclusiva Megeve, la primera de una larga serie que, hasta la fecha, incluye tiendas en Milán, París, Londres y en las estaciones de esquí más famosas como Cortina, Courmayeur, Kizbuehel, Chamonix y muchas otras, llegando a un total de 15 tiendas insignia.
La oferta deportiva de Colmar se amplía y nace la Línea Golf. Los grandes campeones desfilan por la alfombra verde del European Tour vestidos con ropa de la marca de Monza: Edoardo Molinari, Marco Crespi, Andrea Pavan y Alejandro Cañizares son algunos de los jugadores que han sido testimoniales a lo largo del tiempo.
Mientras tanto, la marca vuelve a ser protagonista en la Copa del Mundo con la exuberancia de Chemmy Alcott, la mejor atleta británica, y la obsesiva precisión de Ivica Kostelic, que lleva nuevamente la empresa a la cima del Circo Blanco.
Mientras tanto, Colmar entra en el mundo del lifestyle en 2009 con el nacimiento de la línea Colmar Originals: la oferta consiste en los ya famosos plumíferos, chaquetas mucho más urbanas que se convirtieron en un gran éxito entre el público. La colección se ampliará a lo largo de los años con sudaderas, camisetas y zapatos. El año 2011 estuvo lleno de celebraciones para Colmar, ya que junto a Ivica Kostelic gana la Copa del Mundo General. Ese mismo año nace la relación con la FSS (Federación Francesa de Esquí), que consagró a una generación de talentos como Alexis Pinturault, Tessa Worley, JB Grange y Julien Lizeroux.
En esta década, la marca crece tanto en el aspecto deportivo como en el de lifestyle. Se sigue explorando la búsqueda de tejidos cada vez más técnicos y de alto rendimiento para ayudar al rendimiento deportivo y al mundo de la moda. Nacen importantes colaboraciones con empresas como Directa Plus, productora de grafeno, donde Colmar fue la primera empresa en aplicarlo a un tejido; así como con diseñadores y estilistas de fama mundial, creando cápsulas con Au Jour le Jour, Shayne Oliver y White Mountaineering.
La empresa sigue siendo un asunto familiar y está dirigida por la tercera generación, Mario, Giulio y Carlo, los nietos del fundador; aun fuertemente arraigada en la zona de Monza.